Archivo: 12 noviembre, 2024

Trump 2024: Encrucijada imprevisible y bandazos geopolíticos

Nunca segundas partes fueron buenas, y más cuando el magnate al que hoy nos referimos lleva en su mochila capítulos judiciales, episodios lúgubres, tramas, intrigas y sombras de dudas sobre su integridad. Sin embargo, todo ha valido para lograr el objetivo de regresar a la presidencia del país.

No está tan claro que esta victoria sea por méritos propios o por deméritos ajenos, pues el desencanto de los votantes con la administración Biden parece haber impulsado un giro radical en el electorado.

En lo referente al contexto político y social, el regreso de Donald Trump sugiere una polarización aún más profunda en el panorama político estadounidense. Tras una administración Biden que intentó restablecer el diálogo y la cooperación internacional, la vuelta de Trump supone un giro radical. Este cambio puede consolidar el rechazo a ciertas políticas, reflejando una sociedad dividida entre quienes buscan preservar el orden tradicional y quienes desean un cambio hacia valores distintos.

Internamente, la indiscutible victoria de Trump refuerza su control sobre el Partido Republicano, alienando a sectores moderados y, eventualmente, fragmentándolo en dos facciones: una leal a su figura y otra que busque alternativas menos polarizadoras. Este conflicto interno podría debilitar al partido en futuras elecciones o, por el contrario, consolidarlo como una fuerza monolítica con una agenda más radical, marcada por su influencia.

Desde una perspectiva empresarial, el enfoque del presidente electo traerá nuevas reformas fiscales, como la reducción de impuestos corporativos y desregulaciones en sectores clave como la energía y las finanzas. Estos cambios beneficiarían a las grandes corporaciones y a sectores tradicionales, especialmente los relacionados con combustibles fósiles, mientras que otras industrias, como las de tecnología verde, podrían enfrentarse a una reducción del apoyo gubernamental.

Sin embargo, las políticas proteccionistas y la retórica anti-globalización de Trump pueden desestabilizar los mercados internacionales. Las empresas multinacionales que dependen de cadenas de suministro globales podrían verse afectadas por nuevas tarifas o restricciones comerciales, especialmente en sectores como la tecnología y la automoción. Esto podría desencadenar un periodo de incertidumbre en el comercio global, con empresas adaptándose a un mercado más fragmentado y proteccionista.

El sector tecnológico podría enfrentarse a un panorama confuso bajo la administración estadounidense. Por un lado, su postura contra las regulaciones podría favorecer a las grandes empresas tecnológicas en cuanto a la innovación y el desarrollo de productos sin tantas restricciones. Sin embargo, la hostilidad hacia China y la posibilidad de aranceles, sanciones y restricciones comerciales en tecnología avanzada (como semiconductores y redes 5G) podrían ralentizar el flujo de innovación global.

Trump también ha expresado escepticismo hacia la inteligencia artificial y otras tecnologías emergentes, lo cual podría frenar la inversión en sectores de vanguardia. Esto crearía una oportunidad para que otras potencias tecnológicas, como la Unión Europea y China, ganen terreno en áreas estratégicas de la economía digital y la inteligencia artificial, donde el liderazgo estadounidense aún es fuerte pero vulnerable a políticas de aislamiento.

Para las empresas estadounidenses y multinacionales, la clave será adaptarse rápidamente a un entorno regulatorio y comercial inestable. La capacidad de anticiparse a posibles sanciones o tarifas nuevas y aranceles, así como de encontrar mercados alternativos y diversificar sus cadenas de suministro, será crucial. Las compañías necesitarán prever cambios en las políticas y adaptar sus modelos de negocio en consecuencia.

Asimismo, empresas tecnológicas que operan en plataformas digitales y dependen de la privacidad y la protección de datos podrían enfrentar un desafío en cuanto a las posibles regulaciones de contenido y censura. La era Trump podría endurecer las normativas de moderación de contenido, afectando a las redes sociales y a los medios de comunicación.

En conclusión, el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca es una señal de que el descontento político de los ciudadanos de EE.UU. hace que oscile de manera radical su percepción ideológica, con un impacto directo en los negocios, las relaciones internacionales y el equilibrio de poder global. Su enfoque nacionalista y proteccionista promete transformar nuevamente el panorama global, obligando a gobiernos y empresas a adaptarse a un entorno más incierto y desafiante.

Para los actores globales, esta victoria es tanto una amenaza como una oportunidad: una amenaza por las posibles barreras comerciales y la fragmentación del mercado global, y una oportunidad para que otros países asuman un papel de liderazgo en áreas estratégicas como la sostenibilidad, la tecnología y la innovación. En última instancia, el impacto de este regreso dependerá de cómo los distintos actores internacionales se adapten y respondan a un mundo polarizado, crispado y en constante cambio.

Antonio Luis González Núñez

Presidente de Fedeco Canarias

Reducir la jornada laboral en España: posibles soluciones

La reducción de la jornada laboral en nuestro país es un tema recurrente que no logra el consenso entre los principales actores: patronal, sindicatos y Gobierno. A medida que avanzan los debates, cada uno de estos sectores plantea sus argumentos basados en estudios de productividad, conciliación laboral y viabilidad económica, en un intento de encontrar una fórmula que equilibre las necesidades empresariales y laborales.

En mi columna habitual de esta semana trataré de analizar brevemente cada postura y proponer una serie de medidas que puedan ayudar a optimizar la productividad y reducir el absentismo en la empresa, sin perjuicio de los intereses de las partes.

La patronal: `prioridad en la productividad y costes

Desde la perspectiva de la patronal, la reducción de la jornada laboral representa un aumento de los costes operativos y, potencialmente, una menor competitividad en sectores altamente productivos o intensivos en mano de obra. Las empresas temen que, al reducir el tiempo de trabajo sin adoptar medidas que compensen la pérdida de horas, pueda generarse una reducción directa en la producción, impactando en la rentabilidad de los negocios.

Para el sector empresarial, la clave radica en la flexibilidad y en la implantación de modelos que permitan adaptar la jornada a las necesidades productivas de cada sector. Se muestran más favorables a incentivos para la mejora de la productividad, pero mantienen la postura de que reducir las horas de trabajo no debería suponer una pérdida de competitividad, sino que, de ser posible, debe contar con estrategias de compensación.

Los sindicatos: conciliación y calidad de vida

Por otro lado, los sindicatos ven la reducción de la jornada laboral como una oportunidad para mejorar la calidad de vida de los trabajadores, reducir el estrés y facilitar la conciliación entre vida laboral y personal. En este sentido, argumentan que una jornada más corta y mejor distribuida puede redundar en una mayor motivación de los empleados y una mayor eficiencia.

Los sindicatos proponen que la reducción de horas no solo beneficiaría al trabajador, sino que podría mejorar la productividad si se acompaña de una adecuada redistribución de las tareas y de incentivos para que los empleados den el máximo en el tiempo asignado. Asimismo, consideran que una jornada más corta puede reducir el absentismo, dado que el trabajador estaría más descansado y motivado.

El Gobierno: modelos experimentales y flexibles

En este contexto, el Gobierno se posiciona en un punto intermedio, evaluando modelos de éxito en otros países como Islandia y Suecia, que han implementado reducciones en la jornada laboral con buenos resultados en términos de productividad y satisfacción. La propuesta gubernamental se inclina hacia un modelo flexible que permita adaptar la reducción de horas según las características de cada sector, sin afectar la productividad ni el empleo. Este enfoque busca establecer un sistema adaptado donde las empresas y sectores puedan aplicar la reducción de jornada en distintos formatos, bien sea a través de jornadas de cuatro días, una menor cantidad de horas diarias, o un mayor acceso al teletrabajo en función de las necesidades, incluso con propuestas de aplicar incentivos económicos estatales.

Alternativas para mejorar la productividad y reducir el absentismo

Se podrían implementar alternativas para mejorar la productividad y reducir el absentismo sin recurrir a una reducción de la jornada de forma uniforme. Las siguientes propuestas pueden aportar beneficios tanto a las empresas como a los empleados, creando un entorno laboral más efectivo.

1. Flexibilidad horaria y modelos híbridos de Trabajo

Uno de los puntos de consenso entre empresarios y trabajadores es la necesidad de flexibilizar los horarios de trabajo. Permitir a los empleados que ajusten su horario de entrada y salida puede mejorar tanto su bienestar como su rendimiento. Un modelo híbrido, que combine días de trabajo en la oficina con teletrabajo, puede ser especialmente beneficioso en sectores donde el trabajo remoto es viable. Además de reducir el tiempo de desplazamiento, esta flexibilidad permite que los empleados se organicen de acuerdo con su propio ritmo, lo que suele mejorar la productividad.

2. Incentivos por productividad

Otra estrategia eficaz es la aplicación de incentivos basados en la productividad. Más allá de los aumentos salariales convencionales, ofrecer bonificaciones, días libres adicionales o incluso un reconocimiento público a los trabajadores más productivos puede fomentar un ambiente de competencia sana y motivación, promoviendo la colaboración y el compromiso con los objetivos de la empresa.

3. Formación y desarrollo profesional

Un trabajador bien formado es más productivo. Invertir en formación continua y programas de desarrollo profesional permite que los empleados se adapten a los cambios tecnológicos y mejoren sus habilidades. Además de aumentar la eficiencia, estas oportunidades de crecimiento profesional también fomentan la satisfacción y el compromiso de los empleados, reduciendo el absentismo y las rotaciones de personal.

4. Horarios escalonados

Aplicar horarios escalonados puede ser una opción eficiente para empresas que buscan evitar picos de afluencia en las oficinas, optimizando los recursos y reduciendo el estrés que puede producirse en determinados momentos del día. Este modelo permite que los empleados se incorporen a sus puestos de manera gradual, maximizando el tiempo y la atención individual en cada tarea.

5. Fomento de la salud y el bienestar en el trabajo

Un ambiente laboral saludable es clave para reducir el absentismo. Iniciativas como la incorporación de pausas activas, programas de ejercicio físico, asesoría psicológica o sesiones de mindfulness en el trabajo pueden mejorar el bienestar físico y mental de los empleados. Las empresas que cuidan de la salud de sus trabajadores suelen beneficiarse de una mayor productividad y un menor índice de absentismo.

6. Revisión y optimización de procesos

La productividad de una empresa puede beneficiarse significativamente de la revisión continua y optimización de sus procesos. Adoptar metodologías ágiles, automatizar tareas rutinarias o mejorar la comunicación entre departamentos puede ahorrar tiempo y reducir errores. La optimización de procesos permite que los empleados dediquen más tiempo a actividades de mayor valor añadido, evitando la sobrecarga y facilitando la eficiencia.

El debate sobre la reducción de la jornada laboral en España plantea retos y oportunidades interesantes. Aunque la patronal, los sindicatos y el Gobierno mantienen sus respectivas posturas, existen alternativas que pueden mejorar la productividad y reducir el absentismo sin comprometer los intereses de las partes. La flexibilidad horaria, los incentivos basados en la productividad y el fomento de la formación y el bienestar de los empleados son algunos de los caminos que pueden explorarse. Aplicar estas medidas de forma personalizada y teniendo en cuenta las necesidades de cada sector puede ser la clave para encontrar un modelo laboral eficiente, rentable y satisfactorio para todos.

Antonio Luis González Núñez

Presidente de Fedeco