Durante la manifestación del pasado 20 de abril, se concentró todo el descontento y la disconformidad de la ciudadanía que dice “Basta Ya”, dado que es la que sufre los efectos más duros de la economía.
En este artículo, quiero hacer varias reflexiones tras la manifestación. Lejos de diferencias ideológicas y puntos de vista, estaremos de acuerdo en que algo sucede y hay que tomar medidas para corregir posibles errores e ineficiencias del modelo económico que tenemos, para que la sociedad no tenga que volver a salir a la calle y baje el nivel de indignación.
La legitimidad de expresar opiniones distintas desde el respeto es la base de la democracia. Ejercer el derecho de manifestación o huelga es válido, pero lo verdaderamente útil es ir a ejercer el derecho al voto y expresar las opiniones en las urnas. De nada sirve expresar nuestro descontento y desconformidad con el sistema político saliendo a la calle con cacerolas, banderas o batucadas si, cuando toca ir a votar, se prefiere ir a la playa, de chuletada, o quedarse en casa.
Canarias tiene problemas que se pueden solucionar desde el diálogo y la aportación de ideas en los foros adecuados, para fortalecer el estado del bienestar. La educación, la vivienda, la falta de empleo, la movilidad, o la sostenibilidad deben estar en la agenda de trabajo en ejes transversales para afrontarlos desde diferentes vertientes y no esperar a que vengan de fuera a solucionarlo otros.
Hay que implicarse y concienciarse desde todas las islas del archipiélago, ya que con la visión de todos y sus distintas aportaciones con sus singularidades locales, es lo que nos da la perspectiva para alcanzar acuerdos y soluciones a los problemas que tenemos que afrontar como sociedad.
No podemos centrarnos en las cuestiones del pasado y culpar a otros de todo lo malo que nos sucede. Demonizar al turismo, a la vivienda vacacional, a los turistas, a los políticos, a la falta de inversión en vivienda pública, al cemento, a la contaminación, o a las colas diarias. Debemos asumir responsabilidades y aportar nuestro granito de arena para buscar soluciones. Todas serán bienvenidas por pequeñas que sean las ideas o iniciativas, que son mejor que nada.
Esta sociedad, tan crítica para unas cosas, está dispuesta a cambiar y renunciar a cosas por la sostenibilidad del archipiélago y el sistema productivo, renunciar a estar a la última en tecnología; distribución y logística; conectividad y telecomunicaciones; moda y complementos. Por poner a las personas y al patrimonio de nuestra tierra y la sostenibilidad en valor delante de todo lo demás.
Cuánta gente nuestra de estas generaciones tendrá que migrar de su territorio para buscar una salida cuando no tienen cualificación, ni formación, ni estudios, ni dominan idiomas, sin tener habilidades y son incapaces de sobrevivir sin una ayuda pública que los sustente. El derecho a la educación debe tener además una componente personal de conciencia y aprovechamiento de los recursos educativos en beneficio propio por parte de las personas que se debe inculcar desde las familias.
¿Desde hace cuánto tiempo se habla de cambiar el modelo productivo de Canarias y cambiar el “Monocultivo del Turismo” por una economía diversificada? ¿Qué comercio, industria, agricultura, turismo, o servicios sean sostenibles y aporten valor a la sociedad?
La realidad es que para eso quedan muchos lustros y un cambio de mentalidad, ya que la agricultura se ha abandonado y es residual con grandes iniciativas estoicas; la industria cada vez tiene menos presencia en nuestra economía; el comercio languidece ya que ha perdido su estatus puntero de antaño en el que los diferenciales fiscales hacían que fuéramos muy competitivos y se pretende reanimarlo con iniciativas como los `Bonos consumo’ que lo que hacen realmente es hacer un archipiélago de saldos, si se aplica fuera de los periodos de rebajas, desmantelado oferta comercial de calidad en el territorio.
Las negociaciones con la UE pasan por un punto en el que sí se reconoce nuestro estatus diferenciado como Región Ultra Periférica, mientras que los gobiernos nacionales, sin importar color o ideología, en sus presupuestos no contemplan los fueros canarios y se recortan las partidas de los presupuestos estatales destinados a Canarias que legítimamente le corresponde.
Al calor de los millones de turistas que cada año nos eligen como destino vacacional y visitan nuestras islas, debemos reconocer que el turismo es la locomotora que tira del resto de sectores productivos de Canarias, donde prosperan sectores e iniciativas empresariales que generan riqueza y empleo que no existiría si decidieran los turistas ir a otros destinos competidores.
Que las críticas no se hagan por los cauces adecuados hacen que se pierda el mensaje y no llegue a nada, diluyéndose toda esa fuerza con el paso del tiempo. ¿Qué queda de aquella multitudinaria manifestación contra las torres eléctricas en Vilaflor que movilizó a toda la isla de Tenerife? ¿Qué queda de aquellas manifestaciones a favor de la creación de los hospitales del norte y del sur de Tenerife? ¿Qué queda de las manifestaciones de crear una universidad en la isla de Gran Canaria?; pues las Torres eléctricas siguen siendo el paisaje habitual de la autopista del sur de Tenerife; los hospitales del norte y sur de Tenerife son edificios de juguete que más de dos décadas después están aún en construcción y lo que queda. Hay dos universidades públicas en Canarias que durante muchos años estuvieron enfrentadas perdiendo fuerza y representatividad en el panorama universitario, nacional e internacional; además de al menos otras tres universidades privadas más con una oferta complementaria del sistema educativo universitario que hace todavía que tengan que salir los estudiantes a la península, ya que se busca rentabilidad y no diversidad.
Los problemas de la sociedad no son los que nosotros queramos que sean, sino los que los propios ciudadanos sufren cada día y manifiestan. La agenda política de los próximos meses de todas las formaciones debe pasar por dar respuesta a la sociedad, falta de viviendas y crear soluciones habitacionales, bajar la presión en la oferta de los alquileres altos, moderar las alzas de los precios y la inflación, disminuir las listas de espera en sanidad, generar empleo y riqueza, minorar las colas y mantener las carreteras, y así una serie de temas que podríamos seguir desgranando.
Dicho lo cual, espero que nos podamos enfocar en crear, favorecer, colaborar y ayudar a alcanzar acuerdos y buscar soluciones a estos problemas en vez de enfrentarnos los unos contra los otros enfatizando las diferencias para aglutinar el descontento.
Antonio Luis González Núñez
Presidente de Fedeco Canarias