En estos últimos meses y por las condiciones económicas del panorama internacional y nacional se ha desatado la inflación y nos azotan sus efectos.
La definición que se puede encontrar en internet sobre inflación en Wikipedia es: “La inflación, en economía, es el aumento generalizado y sostenido de los precios de los bienes y servicios existentes en el mercado durante un determinado período de tiempo. Cuando el nivel general de precios sube, con cada unidad de moneda se adquieren menos bienes y servicios. Es decir, que la inflación refleja la disminución del poder adquisitivo de la moneda: una pérdida del valor real del medio interno de intercambio y unidad de medida de una economía. Una medida frecuente de la inflación es el índice de precios, que corresponde al porcentaje por año de la variación general de precios en el tiempo”.
Tiene consecuencias perversas ya que sus efectos hacen que disminuya el valor de la moneda y por lo tanto cueste más adquirir productos. Lo que en la práctica significa que necesitamos más dinero para obtener los mismos productos.
La mayoría de las corrientes económicas entienden como positiva una tasa de inflación mínima y constante ya que permiten contener precios, evitan trampas de liquidez y las autoridades monetarias controlan y estabilizan la economía. Pero cuando por motivos externos esta situación se altera, ya sea por situaciones límite de la economía, como son las crisis, guerras o desastres naturales rompiéndose ese equilibrio y generándose desajustes entre la oferta y la demanda, escases de materias primas o interrupciones en los suministros, hacen que se tensione el sistema y se produzcan tasas de inflación que hagan que se estrese el sistema económico y suban los precios.
La cesta de la compra se ha encarecido en nuestro país, mucho más que en el resto de países de la Unión Europea, pero esta situación corresponde casi en su totalidad a la componente energética, los precios de la electricidad han subido un 80% frente al 33% de la eurozona, y los carburantes se han incrementado un 52% frente a un 42% en la UE. Siendo España una de las economías que más han sufrido los efectos de las tasas de inflación superando con creces al resto de potencias europeas.
La cesta de compra en nuestra comunidad autónoma, es de las más caras del país y si a esto le añadimos los costes aparejados por la doble insularidad hacen que un escenario de alza de la inflación hace que este sobre coste sea inasumible y ataque a los que menos tienen.
Nuestras islas tienen una alta dependencia del exterior ya que se importa del exterior y eso nos haces muy vulnerables, ya no solo a la inflación sino al encarecimiento de los combustibles y las subidas de los fletes que repercuten directamente sobre el precio final que pagan los consumidores canarios.
Las medidas tomadas por el gobierno tratan de ir en la senda de contener y compensar los efectos de la inflación, pero deben verse acompañadas con mediadas desde la Unión Europea y un compromiso de todos por contener los precios y que el contexto económico mundial no se vea sacudido por nuevas catástrofes e imprevistos que la distorsionen gravemente.
Antonio Luis González Núñez,
Presidente de Fedeco