Nuestra sociedad ha cambiado, ya no solo por la aprobación de Leyes de Igualdad y Paridad, sino por la propia inercia de la evolución de la sociedad.
Cada celebración, cada oportunidad, cada encuentro de mujeres es un avance en lograr que los micro machismos desaparezcan y la igualdad de género y oportunidades sea lo natural. Ya no es una utopía, es sólo cuestión de tiempo y trabajo de todos.
El concepto de “Techo de Cristal” ha persistido durante décadas como recordatorio tangible de las barreras invisibles a las que se enfrentan todas las mujeres en su ascenso hacia el éxito profesional. Este fenómeno, arraigado en estereotipos de género y estructuras organizativas sesgadas, ha sido un obstáculo recurrente para el avance equitativo de las mujeres en el mundo de los negocios.
Las mujeres históricamente han luchado por ser reconocidas en roles de liderazgo y por tener acceso a las mismas oportunidades que los hombres. El “techo de cristal” refleja esta barrera invisible que, aunque transparente, es resistente. A menudo han encontrado más dificultades para ascender a puestos de alta dirección o para acceder a salarios y beneficios comparables a los de sus colegas masculinos, incluso cuando poseen habilidades y competencias similares o superiores.
En las últimas décadas, se ha presenciado un cambio gradual muy significativo en la percepción y las oportunidades para las mujeres en el mundo empresarial. Cada vez más mujeres están rompiendo este techo de cristal y ocupando roles de liderazgo en empresas importantes. Mujeres que han desafiado las expectativas y han alcanzado la cima en sus respectivos campos profesionales.
La ruptura del “techo de cristal” no ha sido fácil. Las mujeres a menudo se enfrentan a una serie de obstáculos y desafíos únicos en su camino hacia el éxito empresarial. Desde la discriminación de género hasta la falta de acceso a redes de apoyo, las barreras son numerosas y, a menudo, difíciles de superar. Sin embargo, muchas mujeres han demostrado una notable resiliencia y determinación en su búsqueda de la igualdad de oportunidades en el mundo empresarial.
El empoderamiento individual y la confianza en sí mismas son cualidades fundamentales que las mujeres deben cultivar en su búsqueda de la excelencia profesional para poder así superar obstáculos, y tener espacios seguros para compartir experiencias, consejos y recursos, así como orientación y apoyo mutuo en el camino hacia el éxito.
La presencia de mujeres en roles de liderazgo es una cuestión de justicia social, tiene implicaciones económicas y empresariales. Numerosos estudios han demostrado que la diversidad de género en la alta dirección y en los consejos de administración está asociada con un mejor desempeño financiero y una mayor innovación empresarial. Las perspectivas y experiencias que aportan las mujeres son incalculables en la toma de decisiones estratégicas y para impulsar el crecimiento de las organizaciones.
La presencia de mujeres en el mundo empresarial tiene un efecto multiplicador en la sociedad. Cuando las mujeres tienen éxito en sus carreras profesionales, se convierten en modelos a seguir y fuentes de inspiración para las generaciones futuras. Esto ayuda a desafiar estereotipos de género arraigados y a fomentar una cultura de igualdad y equidad en todos los aspectos de la vida.
A pesar de los avances logrados en la ruptura del “techo de cristal”, queda mucho trabajo por hacer para lograr una verdadera igualdad de género en el mundo empresarial.
Es fundamental que las mujeres continúen abogando por sí mismas y por otras mujeres, al mismo tiempo que desafían activamente las estructuras y normas que perpetúan la desigualdad de género. El camino hacia la igualdad de género en los negocios puede ser difícil y lleno de obstáculos, pero con determinación, solidaridad y un compromiso firme, podemos seguir rompiendo el techo de cristal y creando un futuro más justo y equitativo para las personas, independientemente de su género.
Por Antonio Luis González Núñez,
Presidente de Fedeco Canarias.